Luego de unos minutos, solo por curiosidad intentamos despertarlo, pero no obtuvimos resultado alguno. Intenté nuevamente preguntarle para descubrir su estado real, y le pregunte:
-Monsieur Valdemar ¿está usted muerto?
De un momento a otro se escuchó una extraña voz de aspecto diabólico que decía:
-Maldición por última vez, revívanme o mátenme, pero hagan algo valsa de…
Su lengua empezó a temblar durante 2 minutos aproximadamente. Aterrados y ofendidos salimos de allí, absolutamente todos: los doctores D y F, el estudiante L, los enfermeros y yo. Luego de una hora se acercó uno de los enfermeros a la puerta de la habitación e inmediatamente nos llamó diciendo que se escuchaban zumbidos que provenían de allí. Todos nos acercamos silenciosamente a la puerta, y escuchamos una voz muy parecida a la de Huma Trhuman, que decía: - Mueve el primer dedo…
Cuando abrimos la puerta Valdemar saco un sable y atacó a todo aquel que estaba en esa casa. Extrañamente a mí me dejo con vida, pero me despojo de mis extremidades, y con una sola mano me saco los ojos. Ahora no puedo oír muy bien por mi edad y solo puedo utilizar mi boca para comer y hoy relatar la verdad sobre el curioso caso de M. Ernest Valdemar.
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